EL CANAL ÓSEO DEL PARTO Y LA BIPEDESTACIÓN
José F. Fernández Godoy
A lo largo de la evolución humana se produjo la verticalización de la columna vertebral. El tronco se elevó sobre las extremidades posteriores a expensa de la curvatura lumbar y de un giro de la pelvis de unos 45 grados. Estas modificaciones repercutieron sobre la forma y la amplitud del canal del parto.
El módulo de Young
Con el fin de analizar el estrechamiento en sentido antero posterior del canal del parto humano a consecuencia de la bipedestación interesa tener presente este concepto físico.
En la mecánica se utilizada el módulo de Young para definir la resistencia de los distintos materiales (hierro, acero, madera,..) a las fuerzas que deben soportar. En la biomecánica (mecánica del ser humano) es de especial importancia determinar el módulo de Young en los huesos, soporte del edificio humano. Y, a este respecto, conviene comparar el módulo de Young del fémur (hueso compacto), 1.700 y el módulo de Young de la vértebra (hueso esponjoso), 0.022. El bajo módulo de Young del tejido vertebral refleja su escasa resistencia al fenómeno de compresión.
La pelvis del ser humano soporta un peso mayor que la pelvis del cuadrúpedo
El paso de la cuadrupedia a la bipedestación originó un cambio en la distribución del peso corporal. El cuerpo del cuadrúpedo se sustenta en cuatro pilares (extremidades) y el cuerpo del bípedo (ser humano) se sustenta sólo en dos pilares. La pelvis del ser humano está obligada, pues, a soportar un peso considerablemente mayor (el doble aproximadamente) que la pelvis del cuadrúpedo.
La bipedestación cambió el papel biomecánico de la columna vertebral
La columna vertebral (hueso esponjoso), “viga” de enlace en el cuadrúpedo, pasó a constituirse, con la bipedestación, en un “pilar” destinado a aguantar la carga del peso corporal. La columna vertebral se vio obligada a asumir una misión -soportar el peso corporal- destinada a un hueso compacto. Y, consecuentemente, se produjo un desajuste biomecánico, con los efectos que expondré a continuación.
Aplastamientos vertebrales
Las vértebras experimentan, a lo largo de la vida del ser humano, un aplastamiento, que, en edades avanzadas, se manifiesta claramente en un descenso de la estatura.
El mencionado aplastamiento (fig. 1) es más acentuado en la parte baja de la columna (flecha) (la que soporta mayor peso). Y, precisamente en esta zona, se encuentra el canal del parto.
Fig. 1
Estrechamiento del canal del parto (fig. 2)
Fig. 2
La fuerza del peso corporal (PC) crea una prominencia, el promontorio (P), que reduce considerablemente el diámetro conjugado obstétrico (CO), diámetro básico del parto. Se produce, pues, un estrechamiento dorso ventral (antero posterior) del canal del parto humano.
Cambio de la sección del canal del parto
El estrechamiento antero posterior del canal del parto cambió la forma de dicho canal:
a) En el cuadrúpedo (fig. 3), el canal del parto está aplanado lateralmente, siendo el diámetro dorso ventral (D-V) el mayor.
Fig. 3 (corte trasversal, visto desde delante)
b) En la mujer (fig. 4), el canal del parto está aplanado en sentido antero posterior, siendo el diámetro mayor el transverso (D-T).Fig. 4 (visto desde arriba)
Fig. 4 (corte trasversal, visto desde arriba)
Si el estrechamiento dorso ventral (antero posterior) del canal del parto humano es una consecuencia directa de la bipedestación, ¿qué características presenta el canal del parto antes de iniciarse la marcha?
El ser humano viene al mundo preparado genéticamente para la bipedestación. Y, en el recién nacido se pueden apreciar ya signos premonitorios de dicha bipedestación: el movimiento de "pedaleo" de las piernas, el reflejo de prensión (cierre de las manos),..., pero, ¿qué características presenta el canal del parto de la recién nacida?
De los tratados de embriología de GRAY y de NETTER he extraído un dato muy significativo: el canal del parto de la recién nacida presenta un diámetro dorso ventral de 2,8 cm y el diámetro transverso es de 2,2 cm. (fig. 5).
Fig. 5
El conducto del parto de la recién nacida tiene, pues, una forma similar al conducto del parto del cuadrúpedo (fig. 3) (el diámetro dorso ventral es superior al transverso). Y, es más adelante, a consecuencia de la marcha en posición erguida, cuando se produce los cambios analizados anteriormente.
Reflexión
La bipedestación fue calificada por algunos antropólogos de “chapuza de la naturaleza”. Y, no entiendo la asignación de tal apelativo a un logro de tan excelsas virtudes: postura elegante, majestuosa, de superioridad, que permite una marcha con menor gasto energético, con el sentido de la vista en un lugar elevado para dominar mejor al mundo y, sobre todo, con unas extremidades superiores que, liberadas de misiones locomotoras, se dedican a otra mucho más noble: ser instrumento de la inteligencia.
Pero, lo que sí merece el calificativo de auténtica “chapuza arquitectónica” es el canal del parto humano. Parece mentira que la naturaleza, fuente de sabias soluciones a los problemas que el proceso de la transformación evolutiva fue creando, haya dejado este espacio, de tan noble tránsito, con un espigón, el promontorio, que lo reduce y deforma.