CIRCULACIÓN ÚTERO PLACENTARIA
José F. Fernández Godoy
Barrera útero placentaria
La barrera útero placentaria es la frontera entre el territorio de la madre y del feto. Y, a través de dicha barrera se produce el trascendental intercambio sanguíneo materno-fetal.
Circulación útero placentaria
En la figura 1 se muestra un esquema muy simple de la circulación útero-placentaria.
Fig. 1
La sangre de la madre pasa al feto de la siguiente forma: de los vasos (V), circulantes por la pared del útero, parten vasos colaterales (VC) que, atravesando la barrera útero placentaria (barrera U-P), vierten el flujo sanguíneo en la placenta (P), y de esta pasa, a través del cordón umbilical (C), al feto. La circulación sanguínea de retorno se produce, lógicamente, en sentido inverso.
Comprensión de los vasos colaterales
En la contracción uterina se origina una fuerza de compresión o estrangulamiento de los vasos colaterales (figuras 2 y 3).
Fig. 2
En la imagen de la derecha de la figura 2 se observa al útero contraído. Y, señalada con un rectángulo azul la zona ampliada en la figura 3.
Fig. 3
Se aprecia como la fuerza de la contracción uterina (FC), comprimen los vasos colaterales.
El resultado de la compresión es una reducción del radio de los vasos (figura 4, R) que atraviesan la barrera útero placentaria.
Fig. 4
Todo lo cual lleva a un hecho fundamental: una disminución, durante la contracción, del caudal circulatorio.
Para analizar la trascendencia de este hecho es necesario abordar -si bien, de un modo muy sencillo- una ley física sobre la circulación de los fluidos por los conductos: la ley de Poiseuille.
Ley de Poiseuille
La resistencia que opone un tubo a la circulación de un fluido es inversamente proporcional al radio del tubo elevado a la cuarta potencia.
Aplicada al caso de la figura 3, la ley de Poiseuille indica, en términos sencillos, que:
Si, por efecto de la compresión, el radio de los vasos que atraviesan la barrera útero placentaria se redujera a la mitad, la resistencia que opone dichos vasos a la circulación sanguínea aumentaría, 16 veces. Y, no el doble, como, en principio, se podría pensar.
La ley de Poiseuille llama, pues, la atención sobre la trascendencia del efecto que la contracción uterina ejerce sobre el caudal de la circulación útero placentaria.
El grado de disminución de caudal circulatorio depende, lógicamente, de las características (intensidad duración y frecuencia) de la contracción. Características sujetas, a su vez, al grado de dificultad del parto.
Influencia de la dificultad del parto
En un parto fácil (normal), las contracciones, de intensidad moderada, ejercen escasa repercusión sobre el caudal circulatorio útero placentario y el efecto sobre el estado vital del feto es despreciable.
Por el contrario, cuando la fuerza de la contracción está obligada a superar una resistencia mayor, la disminución del caudal circulatorio si puede afectar al estado vital del feto.
Vigilancia de la contracción
De lo expuesto anteriormente se deduce la necesidad de una vigilancia durante el parto de las contracciones y del efecto de dichas contracciones sobre los latidos fetales. Ver La monitorización