José F. Fernández Godoy
1. Introducción
Lo primero que llama la atención en el estudio del dolor del parto es el gran número de interrogantes que, aún en la actualidad, siguen sin resolverse. Su génesis, su significación biológica, su base anatomo-fisiológica, los factores psicológicos que lo condicionan,..., constituyen una oscura y complicada temática en la que pocos conceptos se pueden exponer de forma precisa y concreta. Y, como siempre que esto ha sucedido en la medicina, un sinfín de investigadores han pasado por el resbaladizo terreno de la hipótesis dejando tras de sí un reguero de teorías que, con más o menos fundamentos, han tratado de dar soluciones, muchas veces sin conseguirlo.
Se han magnificado las influencias psíquicas en el dolor de parto, hasta tal punto que, desde el naturalismo, se ha llegado a negar su entidad neuro-fisiológica. Para el naturalismo, el dolor de parto es un proceso de naturaleza exclusivamente psicológica: producto del miedo (escuela de Read) o de reflejos condicionados (escuela de Paulov). Es un tremendo error negar la entidad neuro-fisiológica del dolor del parto, como también sería un error negar la gran influencia de los factores psicológicos.
La finalidad del presente análisis es poner orden y afianzar de un modo preciso algunos conceptos sobre el dolor del parto.
2. Origen del dolor de parto
El origen del dolor de parto, el lugar anatómico de su nacimiento, ha sido objeto de controvertidas teorías en las que, para simplificar, no voy a entrar.
Es lógico pensar que el estímulo doloroso nazca a consecuencia de las modificaciones en las estructuras maternas provocadas por el propio parto. Así pues, la fuente del dolor de parto debe ser buscado en la biomecánica del mismo.
El canal blando del parto sufre modificaciones de distensión o estiramiento:
a) Durante la dilatación
En la dilatación la parte inferior del útero y el cuello uterino (figura 1) son fuertemente distendidos por dos fuerzas antagónicas: la fuerza procedente de la contracción uterina hacia arriba y la fuerza proveniente de la cabeza del feto hacia abajo.
Fig.1
El estiramiento de estas estructuras, ricas en fibras nerviosas, es la causa del dolor del parto durante la dilatación.
b) Durante la expulsión
Durante la expulsión son sometidas a un proceso de distensión (fuente de sensación dolorosa) las estructuras del suelo de la pelvis y del periné (fig. 2).
Fig.2
3. Influencias psíquicas
a) Durante la dilatación (fig. 3)
Fig. 3
El mensaje doloroso (MD) originado durante la dilatación en la parte inferior del útero, al hacer escala en las sustancias reticular (SR) del cerebro, establece una mutua influencia con el estado emocional de la parturienta y manda, a través de las motoneuronas (MN), una respuesta de aumento de tono muscular que, a su vez, incrementa el dolor. Es decir, se cierra un círculo en el que los factores físicos y psicológicos quedan profundamente enraizados entre sí.
b) Durante la expulsión (fig. 4)
Fig. 4
Durante la expulsión sucede un fenómeno similar.
El dolor originado en la zona perineal provoca un aumento de tono de dicha zona.
4. Proceso integral
Se ha podido ver cómo entre los factores físicos y psicológicos existen unos estrechos lazos de unión.
El dolor del parto está, pues, profundamente integrado dentro de la biomecánica del mismo:
· El dolor, al desencadenar un aumento del tono muscular, dificulta la biomecánica del parto.
· Y, a su vez, el grado de dificultad de la biomecánica del parto repercute sobre la intensidad del dolor.
5. Conclusiones
1ª El dolor del parto nace a consecuencia de las modificaciones en las estructuras maternas provocadas por el propio parto.
2ª Entre el dolor de parto y la biomecánica del mencionado parto existe una mutua influencia.
3ª De la anterior conclusión se deduce que:
a) Toda acción encaminada a facilitar la biomecánica del parto contribuirá también a disminuir el dolor del mismo.
b) Toda acción encaminada a erradicar (o disminuir) el dolor del parto contribuirá también a mejorar la biomecánica del propio parto.