EL PARTO NEANDERTAL
José F. Fernández Godoy
Trabajo incluido en mi libro "El parto en la especie humana", y publicado en la Gaceta electrónica de la SEGO.
A. INTRODUCCIÓN
1. Consideraciones previas
1ª El presente trabajo es un estudio multidisciplinar que abarca cuestiones médicas (obstétricas), físicas (biomecánicas) y antropológicas.
2ª La biomecánica del parto está condicionada por las características físicas del conducto de paso (canal del parto) y del feto.
3ª Las características físicas del canal del parto y del feto han ido cambiando a lo largo de la evolución humana y, consecuentemente, también ha ido cambiando la biomecánica del parto.
4ª El estudio de las pelvis y de los cráneos de los fósiles ha permitido a la Paleoantropología realizar investigaciones sobre los partos de las distintas épocas de la humanidad.
5ª La investigación del parto neandertal ha adquirido un especial relieve debido a la hipotética influencia de dicho parto en la extinción de los neandertales.
6ª El gran tamaño del cráneo del neandertal, superior al del humano actual, hizo suponer, en un principio, que se trataba de un parto de gran dificultad, influyente en la extinción.
7ª El gran tamaño también de la pelvis del neandertal, muy superior a la del humano actual, indujo a cambiar radicalmente la idea anterior y, hoy, la generalidad de los paleoantropólogos consideran que el parto neandertal fue más sencillo que el parto humano de los tiempos actuales y no ejerció influencia alguna en la desaparición de los neandertales.
8ª El planteamiento del parto realizado por la Paleoantropología en base a una simple relación de dimensiones (la del canal pélvico y la del cráneo del feto), está falto de un adecuado análisis biomecánico.
9ª La aplicación de los conceptos de la biomecánica del parto sobre los datos paleoantropológicos del neandertal permite aportar luces sobre las características del parto neandertal, OBJETO del presente trabajo.
2. Modificaciones a lo largo de la evolución humana
2.1. Sobre el canal del parto
La bipedestación ejerció una marcada influencia en el canal del parto (ver “El canal óseo y la bipedestación”). De estas modificaciones interesa destacar:
a)El estrechamiento en sentido antero posterior del canal del parto.
b) La influencia del peso corporal en dicho estrechamiento.
2.2. Sobre la cabeza del feto
A lo largo de la evolución humana se produjo un cambio de la forma de la cabeza de feto (ver El feto en la evolución humana). De la cabeza alargada del cuadrúpedo se fue pasando a la cabeza redondeada del humano actual, cambio con gran repercusión en la biomecánica del parto.
2.3. Sobre la relación entre la cabeza del feto y el canal del parto
El cambio de la forma de la cabeza llevó consigo un cambio de la orientación de la mencionada cabeza con respecto al canal del parto:
a) En el cuadrúpedo, el feto coloca su cabeza alargada “en extensión” (de cara), con el hocico y las pezuñas delanteras como punta de lanza (fig. 1). En una posición diferente el parto sería imposible.
Fig.1
b) En el humano actual, el feto presenta la cabeza en flexión (ver La flexión de la cabeza del feto). La flexión de la cabeza del feto, aproximando el mentón al tórax, se origina en un porcentaje del 99% de los partos en presentación cefálica. Desde los lejanos trabajos de Sellheim (1913), la explicación del mencionado proceso de flexión ha estado muy clara: obedece a la ley física de la palanca (ver Biomecánica de la flexión).
c) En la larga transición entre la cuadrupedia y la bipedestación se tuvo, necesariamente, que producir el cambio de la extensión a la flexión de la cabeza del feto. El problema radica en determinar cuáles fueron las etapas decisivas en dicho cambio. En la etapa de los Australopiteco (primeros bípedos), su cabeza alargada condicionaría un parto con la cabeza del feto en extensión, como en el cuadrúpedo. Pero, ¿qué sucedió en etapas posteriores cuando la forma de la cabeza se fue aproximando a la del humano actual...? Hubo, sin duda, etapas críticas, entre las que se debe situar la del neandertal, cuyo parto es el objeto del presente estudio.
B. DATOS PALEOANTROPOLÓGICOS
1. La pelvis
1.1. Datos de los fósiles
Numerosos paleoantropólogos destacan la amplitud de la pelvis neandertal, superior a la de la pelvis humana actual. El dato anterior se ha obtenido midiendo en el fósil la distancia entre ambos acetábulos o entre un acetábulo y la sínfisis del pubis. Se trata, pues, de mediciones de la pelvis, exclusivamente, en sentido transversal. Y, en base a este simple dato, se llegó a la conclusión de que el canal del parto de la mujer neandertal era más amplio que el canal del parto de la mujer actual.
1.2. Comentario
Medir la pelvis en sentido exclusivamente trasversal es, a todas luces, insuficiente para determinar la holgura del canal del parto. Es necesario conocer, fundamentalmente, la dimensión en sentido antero posterior, es decir, el diámetro conjugado obstétrico (ver "El canal óseo y la bipedestación"), el más influyente en la biomecánica del parto, cosa difícil (o imposible) de conseguir en un fósil. No obstante, el peso corporal de la mujer, debido al bajo módulo de Young del tejido vertebral, incide sobre la lordosis lumbar, el promontorio y, en definitiva, sobre el diámetro antero posterior del canal del parto. El gran peso del neandertal, muy superior al del humano actual, y su relativa baja talla, hacen sospechar la existencia de una lordosis lumbar acentuada y de un promontorio pronunciado. Y, por tanto, de un canal del parto estrecho en el sentido antero posterior.
En definitiva, lo que verdaderamente influye en la biomecánica del parto es la dimensión antero posterior del canal pélvico y la dimensión en sentido transversal carece de importancia. Así pues, el canal del parto de la mujer neandertal no fue tan favorable como en un principio se pensó.
2. El cráneo
2.1. El tamaño
Según Arsuaga y Martínez, el promedio del volumen cerebral de los neandertales era superior (1500 cc) al del humano actual (1350 cc).
2.2. La forma
La figura 2 (tomo de referencia imágenes de Arsuaga y Martínez) muestra la silueta de perfil de la cabeza del humano actual, izquierda y la del neandertal, derecha.
Fig. 2
Del cráneo neandertal interesa destacar para el estudio las siguientes características físicas:
a) Una prominencia supraorbitaria, "toro supraorbitario" (TS) y una frente desplazada hacia atrás y más plana que la del humano actual.
b) Una peculiar prominencia occipital (PO), llamada "moño occipital".
Pero ¿la forma de la cabeza del feto sería semejante a la del adulto? Si comparamos la silueta de perfil de un recién nacido y de un adulto humano actual, la única diferencia es que el área de la cara del recién nacido es más reducida (proporcionalmente al resto de la cabeza) que la del adulto. Y, de igual manera, la forma de la cabeza del feto neandertal tendría que ser, en términos generales, como la del adulto, alargada a expensas, fundamentalmente, de su parte posterior.