LA POSTURA IDEAL

La postura de la parturienta ejerce gran influencia en la evolución del parto (ver postura de la parturienta).

La mejor postura, la postura ideal, es aquella a través de la cual el parto se desarrolla de la mejor manera posible.

La postura que mejor posibilita la salida del feto es, sin duda alguna, la postura en cuclillas (ver postura en la expulsión).

La postura en cuclillas

En la postura en cuclillas (figura 1):

 

1-Cuclillas_copiar

Fig. 1

a) Se pliega el cuerpo a favor de la gravedad, se reduce al máximo la cavidad abdominal y, consecuentemente, se activa la prensa abdominal.

b) El eje del feto (EF) se adapta de la mejor manera posible al eje del canal del parto (EC). Y, consiguientemente, el canal del parto opone la menor resistencia.

¿Se podría, pues, considerar a la postura en cuclillas como la postura ideal?

Antes de contestar se debe matizar que lo ideal (lo sublime, lo correcto, lo perfecto,…) es efímero. Lo ideal no resiste al paso del tiempo. Lo considerado en una época perfecto deja en épocas posteriores de serlo. El progreso va mejorando las cosas y adaptándolas a las nuevas situaciones….

La postura en cuclillas fue, en un principio, la postura ideal. Fue producto directo de la sabia naturaleza. A la mujer primitiva las “ganas de empujar” en el parto desencadenaban el reflejo de agacharse para expulsar el feto. Y, se agachaba sin más, por puro impulso.

Pero, en el transcurrir de los tiempos, el ser humano fue tomando conciencia de la dificultad del parto de su especie. El parto requería ayuda. Y, la postura en cuclillas dificultaba la prestación de la ayuda necesitada.

Infinidad de posturas

Durante siglos, se buscó la posición que facilitara el desarrollo del parto y, a su vez, permitiera la ayuda requerida.

La búsqueda fue dejando tras de sí un reguero de posturas. BUMM, a finales del siglo XIX, escribía: “todas las posturas que se vienen utilizando en los últimos siglos obedecen a costumbres o modas empíricas, tendida, sentada, de rodillas, con las piernas colgantes, con la pelvis elevada y hasta con el cuerpo suspendido.”

El florecimiento de la obstetricia (siglo XVI) y el consiguiente desarrollo de las técnicas obstétricas motivó el paso de “ayudar en el parto” a “intervenir en el parto”. Y, la acción de intervenir fue condicionando la postura de la parturienta.

Y, finalmente, en el siglo que hemos dejado atrás, con la institucionalización del parto hospitalario, se perfiló la postura de la parturienta en una mesa de parto.

Postura en el parto hospitalario

Parturienta tendida en una mesa, con las piernas sostenidas por perneras, mostrando un primer plano de la zona de salida del feto (figura 2).

 

2-_Mesa

Fig. 2

Además, interesa destacar que, con el fin de ampliar aún más el campo de maniobrabilidad y evitar el estorbo del borde anterior de la mesa (en rojo), el profesional suele desplazar hacia adelante a la parturienta, quedando esta en una molesta postura (figura 3).

3-Mesa

 Fig. 3

Inconvenientes

La horizontalidad de la posición (figura 4) origina los siguientes inconvenientes:

 4-_Postura_ideal

 

Fig. 4

a) La parturienta no puede activar la prensa abdominal debido a la presión del útero (flecha 1) sobre el diafragma.

b) El eje del feto (EF) se alinea en una posición desfavorable (flecha 2 y 3), aumentando la resistencia del pubis (P). Ver postura en la expulsión.

c) Al disminuir, o desaparecer, la fuerza de empuje (prensa abdominal) y aumentar las fuerzas de resistencia, el tocólogo se ve obligado frecuentemente a utilizar la fuerza de extracción instrumental (ventosa, fórceps o espátulas).

En definitiva, una postura al servicio de la intervención se constituye por sí misma en causa de intervención.

La polémica

Los movimientos defensores del parto natural critican la postura horizontal -y al sistema asistencial que lleva consigo-, culpabilizándola del aumento de la intervención obstétrica y del escaso protagonismo de la mujer. Y, como alternativa, proponen otras posturas englobadas en la denominación de "parto vertical".

La obstetricia, por su parte, tilda  a estos grupos de no valorar en su justa medida la complejidad y el riesgo del parto humano. Y, propone como única opción para garantizar la seguridad de madre e hijo, la asistencia hospitalaria de la parturienta tendida en una mesa de parto.

Y, como suele suceder en las polémicas, cada parte tiene su dosis de razón.

Se impone, pues, un acercamiento de posiciones. Y, este es el objetivo del presente análisis.

Estudio de la postura ideal

 

 

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